Una piel sana y reluciente es el deseo de toda persona, pero los mismos tratamientos no sirven para cada una de ellas. Por eso, es de gran importancia saber cuál es tu tipo de piel para que puedas cuidarla según tus necesidades, todo esto lo conocerás a lo largo de este artículo. ¿Qué tipo de piel tengo? Bueno, nuestra dermatóloga te explica como:
Para saber qué tipo de piel tienes, te puedes guiar por la clasificación más común que existe: piel grasa, seca, mixta y normal. Después debes ver sus características y compararlas con las de tu cutis, de este modo sabras fácilmente cual es tu tipo.
Tampoco debes olvidar que existen muchas otras clasificaciones para guiarte y buscar a cual pertenece tu piel. Dicho esto, ahora voy a entrar más en profundidad en el tema cutáneo para que sepas determinar cuál es exactamente tu tipo de cutis.
¿Qué es la piel y cuáles son sus partes?
La piel es el órgano más grande del cuerpo que protege al organismo de factores externos como: sustancia químicas, bacterias y la temperatura. También regula la temperatura corporal y puede llegar a pesar 10 Kg. Está compuesta por 2 capas principales: la dermis y la epidermis, que reposan sobre una capa grasa conocida como la hipodermis.
Estructura de la piel.
Epidermis
La epidermis es la capa exterior de la piel que vemos y tocamos compuesta mayormente de queratinocitos. Esta parte de la piel protege las capas internas y contiene células que producen la queratina(sustancia que impermeabiliza y fortalece la piel).
Esta capa protege los órganos internos, los nervios, músculos y vasos sanguíneos frente a cualquier traumatismo. En esta capa se produce un pigmento llamado melanina, es la causante del color de la piel. Esta filtra la radiación ultravioleta del sol que puede dañar el ADN y causar cáncer de piel.
Dermis
La dermis es una capa delgada de tejido fibroso y elástico compuesta mayormente de colágeno, que le proporciona a la piel su flexibilidad y consistencia.
Esta capa de la piel contiene terminaciones nerviosas, glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas, folículos pilosos y vasos sanguíneos. Ahora te voy a explicar las partes de la dermis:
- Glándulas sudoríparas. Estas producen el sudor que provoca el calor y el estrés. El sudor a medida que se evapora de la piel refresca el cuerpo.
- Terminaciones nerviosas. Estas perciben el dolor, la presión, el tacto y la temperatura. Hay zonas del cuerpo que tienen más terminaciones nerviosas que otras, como los dedos de los pies y de las manos.
- Glándulas sebáceas. Estas son las encargadas de producir el sebo en los folículos pilosos, este es un aceite que hidrata y suaviza la piel, actúa como barrera protectora contra las sustancias extrañas.
- Vasos sanguíneos. Estos nutren la piel y ayudan a regular la temperatura corporal.
Hipodermis
Es la capa más profunda de la piel. La hipodermis contiene las células grasas o tejido adiposo que hay en la en cuerpo, lo ayuda a conservar el calor. Está compuesta de:
- Células adiposas.
- Fibras.
- Colágenos especiales.
- Vasos sanguíneos.
¿Cómo saber qué tipo de piel tengo?
El cuidado de la piel es un reflejo de tus hábitos; cuando hay una exposición prolongada al sol, mala alimentación, desvelo, algunas enfermedades o falta de agua, se comienzan a ver en la cara. Por ejemplo, cuando tienes un desvelo se producen ojeras y bolsas debido a la mala oxigenación y reparación celular, que sólo se consigue tratar durmiendo lo suficiente. También cuando existe falta de agua en el cuerpo, la capa superficial de la piel se va resecando haciéndola perder poco a poco la textura y flexibilidad.
Conocer tu tipo de piel es muy importante para poder elegir los tratamientos y productos que se necesitan para evitar el acné o envejecimiento prematuro y reducir la probabilidad de reacciones negativas en la piel.
Existen diferentes tipos de piel, y esto se produce por la influencia de muchos factores que inciden en nuestro organismo.
Clasificación por epidermis:
Con esta clasificación puedes saber si tu piel es fina o gruesa
Piel gruesa
Se caracteriza por presentar una capa gruesa de keratina y por contener una capa lúcida, que no se encuentra la piel delgada. A simple vista, se observa presencia de surcos y elevaciones que se deben a la disposición de las papilas en la dermis subyacentes, siendo más visible en la palma de la mano y en los dedos, lo que constituye las huellas digitales.
Este tipo de piel tiende a presentarse en personas que se exponen de forma crónica al sol, ya que uno de sus efectos es la hiperqueratosis, el aspecto de esta piel es áspera, opaca y con poros dilatados. Para saber si tu piel es gruesa, notarás que al pellizcarla es compacta y resistente.
Piel delgada o fina
Es la piel que cubre todo el cuerpo menos la palma de la mano y la planta de los pies, conteniendo menos glándulas sudoríparas que la piel gruesa. Se distingue fácilmente por la presencia de pelos y glándulas sebáceas.
Se presenta en mujeres, zonas del cuerpo que suelen estar cubiertas; se caracteriza por una superficie uniforme, con poros pocos visibles, un color sonrosado y translúcido.
Para saber si tu piel es fina, un ejemplo sería si pellizcas la piel y puedes casi tocarla con los dos dedos.
Clasificación por dermis:
Piel tónica:
Es aquella que presenta elasticidad y tensión, este tipo de piel es propia de las pieles jóvenes. Te das cuenta si tienes una pieza tonica porque al ejercer un movimiento de tensión se devuelve de forma inmediata a su sitio, lo que quiere decir que la piel posee un buen balance de elastina y de colágeno.
Piel flácida
La piel flácida es aquella que ha perdido la elasticidad y capacidad que tiene de recuperarse cuando sufre una deformación. Esta se da principalmente en pieles envejecidas, también en algunas pieles jóvenes que han sufrido adelgazamiento brusco o una enfermedad.
Para saber si tu piel es flácida, realiza un movimiento de tensión en la piel, si le cuesta volver a su sitio es porque tienes este tipo de piel.
Clasificación por lípidos:
Piel seca
Es causada por el mal funcionamiento de las glándulas sebáceas. Estas no segregan la suficiente cantidad de sebo para la piel y para protegerla contra la pérdida de agua. Este mal funcionamiento algunas veces se relaciona con la deficiencia de vitaminas y minerales.
Tu piel está seca si presenta:
- Textura delgada.
- Cutis sin brillo y muy sensible.
- Poros muy finos.
- Se enrojece frecuentemente.
- Presenta asperezas, grietas e hiperqueratosis.
- Pérdida de elasticidad y flexibilidad.
- Las glándulas sebáceas producen menos grasa de la necesaria para mantener la elasticidad.
- Tiende arrugarse prematuramente
Para tratar la piel se a sigue estos consejos:
- No laves la cara con jabón y los productos que contengan alcohol.
- Utiliza mascarillas hidratantes.
- Toma más líquidos pueden ser jugos naturales o agua.
- Aplica cremas hidratantes con protector solar, vitamina E y vitamina A, colágeno, elastina, durante el día y por la noche.
- Después de desmaquillarte y tonificar la piel, usa una crema nutritiva regeneradora que contenga vitamina C, para que recupere la humedad natural.
- Realiza una rutina constante de cuidados.
Te puede interesar «¿Cómo hidratar la piel seca con remedios caseros? Los 8 imprescindibles«
Piel mixta
La piel mixta es denominada así ya que combina dos tipos de piel normal-seca y grasa. Esta tiende a desarrollar pequeñas impurezas sobre todo la zona T (frente nariz y barbilla ), pero en la zona de la mejilla se presenta como una piel normal y seca.
Tienes piel mixta si:
- Presenta un brillo grasiento.
- Desarrolla impurezas (poros abiertos, sebo, puntos negros) en la zona T.
- El resto del rostro tiene una apariencia normal.
- Predomina los poros dilatados en el rostro.
Piel grasa
En este tipo de piel hay mayor actividad de las glándulas sebáceas junto a la mayor presencia de lípidos que de agua. Esto produce más brillo en la frente, nariz o la zona perioral.
Una de las ventajas que tiene la piel grasa es que permanece joven durante más tiempo, ya que la grasa retiene la elasticidad y la hace más resistente a las arrugas.
Entre las causas más comunes de tener una piel grasa se encuentran: la genética, los cambios hormonales, estrés, factores psicosociales, contaminación y exceso de humedad. También influye la alimentación al consumir productos como azúcares añadidos, carnes rojas o harinas refinadas.
Tu piel es grasa si presenta:
- Piel gruesa con brillo debido al sebo.
- Poros dilatados.
- Segrega mucha grasa.
- Presenta barros y espinillas con frecuencia.
Para saber si tu piel es grasosa, lava la cara con un jabón normal y agua tibia, luego la secas y coloca un pañuelo de papel. Si observas que el papel tiene puntitos de grasa, entonces tu piel es grasosa.
Tratamientos para mejorar la piel grasa:
- Lava y limpia el rostro varias veces al día
- En vez de usar tonificante, utiliza astringente porque tiene un porcentaje de alcohol más alto.
- Están indicados los baños de vapor .
- No apliques limpiadores a base de sustancias aceitosas.
- Reduce la ingesta de grasa.
- Toma muchos jugos naturales y ensaladas frescas.
Te puede interesar «¿Cómo cuidar la piel de la cara grasosa? ¡7 Sencillos pasos!«
Clasificación por agua.
Piel hiperhidratada
Esta piel se caracteriza por tener un aspecto muy brillante debido al exceso de sudoración causada por los cambios hormonales o por vivir en lugares con altas temperaturas.
En consecuencia, el nivel superficial de la piel se encuentra hiperhidratado, pero a nivel interno se encuentra deshidratada. Tiene un tono pálido, hinchado y macerado.
Esta hiperhidratación aparece frecuentemente en las personas con alteraciones hormonales, en mujeres embarazadas, con periodo premenstrual o cambio de clima.
Para tratar este tipo de piel:
- Utiliza el desmaquillado con cosméticos detergentes y propiedades astringentes.
- Evita el crecimiento de bacterias y tratar de restablecer su pH fisiológico.
- Se recomienda que incluyas drenajes linfáticos faciales, para descongestionar la zona y eliminar las toxinas para evitar la retención de líquidos.
- Aplica cremas libres de grasa que tengan principios activos la menta, el romero y el pino.
Piel Eudérmica
Este tipo de piel es normal en cuanto la hidratación y la humedad natural que debe tener. La capa de grasa que contiene es ligera y no llega a darle el brillo aceitoso a la piel y es difícil que presente impurezas.
La piel eudérmica se presenta en los niños y jóvenes, es flexible y resistente.
Piel deshidratada
Es un estado temporal de la piel, puede afectar tanto a la piel seca como a la piel grasa. Cualquier tipo de piel puede deshidratarse en algún momento transitorio por factores externos como: cosméticos agresivos, temperaturas extremas, ingesta de algunos medicamentos, estrés, falta de humedad en el ambiente o una exposición solar prolongada.
La piel deshidratada se caracteriza porque:
- La piel está apagada.
- No tiene brillo.
- Hay descamación y picores en la piel.
- Aparecen arrugas por el envejecimiento prematuro.
- Hay tirantez en la piel.
- Aparecen estrías en la cara, abdomen y cuerpo.
Para tratar la piel deshidratada:
- Toma mucha agua.
- Procura mantener la humedad usando un humidificador de ambiente.
- Aplica la crema humectante al salir de la ducha para que se mantenga la hidratación de la piel.
Clasificación por sensibilidad.
Piel atópica
La piel atópica se caracteriza por sequedad de la piel, lo que trae como consecuencia su descamación e irritación provocando picor. Afecta al 10% de la población.
Síntomas para reconocer este tipo de piel:
- Se siente la piel seca, escamosa, rugosa, enrojecida y con picor.
- Suele presentarse erupciones en las partes internas de los codos y detrás de las rodillas, pero también puede extenderse a otras zonas como la cara, el cuello, las manos y los pies.
Para tratarla:
- Hidrata la piel de la cara y el cuerpo diariamente,con cremas especiales para pieles atópicas. Se recomienda guardar la crema en la nevera para que el frío alivie el picor.
- Utiliza jabones con PH neutro.
- Las prendas que utilices deben ser 100% algodón, tela de lana y fibras sintéticas. Al lavarlas enjuaga dos veces para retirar los restos de detergentes, sin utilizar suavizante.
- Es importante que las duchas sean cortas y con agua templada.
- Finalmente, aléjate del estrés porque es un factor que te predispone a la aparición de nuevos brotes.
Te puede interesar «¿Qué causa la piel atópica? Lo que debes saber«
Piel reactiva
Este tipo de piel hace una reacción agresiva frente a factores del medio ambiente como: el viento, frío, calor, sol o cambios bruscos de temperatura. Con esto se produce sensación de quemazón, picor, rojez o sensación de calor.
Te puede interesar «¿Cómo calmar la piel reactiva? ¡Remedios y consejos que funcionan!«
Piel sensible
Es cualquier tipo de piel seca, grasa o mixta, que tiene una reacción rápida, exagerada y muy fuerte frente a productos o situaciones, en comparación con las pieles normales.
Su presencia se desencadena por factores externos como: exposición a sustancias irritantes de cosméticos, factores ambientales como el frío. calor. viento, factores psícologicos como el estrés.
Tu piel es sensible si presenta los siguientes síntomas
- Hormigueo.
- Tirantez.
- Dolor.
- Picazón.
- Enrojecimiento de la piel.
- Ronchas.
- Descamación.
Para evitarla:
- Usa productos diseñados para piel sensible, los cosméticos que tengan alfahidroxiácidos , tretinoina o retinol.
- Hidrata tu piel. Este consejo es fundamental aún más cuando te encuentras un ambiente con aire acondicionado o temperaturas altas. Debes hacerlo varias veces al día.
- Evita frotar la piel.
- Utiliza siempre fotoprotector cuando te expongas al sol.
Te puede interesar «¿Qué es bueno para la piel sensible?«
Clasificación por oxigenación.
Piel asfixiada
En este tipo de piel el exceso de sebo no se expulsa correctamente, debido a que los poros se encuentran sucios. Al estar los poros obstruidos se forman puntos de grasa o agua enquistados, generalmente en el área de las mejillas y el contorno de los ojos.
Piel desvitalizada
La piel desvitalizada sufre diversas modificaciones fisiológicas, debido al estrés, mala alimentación o una rutina de limpieza incorrecta. Los síntomas son: la pérdida de luminosidad, aspereza, falta de hidratación, aparecen nuevas arrugas o se profundizan las que ya existen.
Conclusión
Al conocer tu tipo de piel, le brindarás los cuidados especiales que cada una necesita. De este modo podrás mantener tu cuerpo siempre con una buena apariencia.
Además, estarás libre de cualquier reacción agresiva que pueda tener la piel al recibir productos que no son adecuados y le hacen daño. Como te habrás dado cuenta, no solo existen las pieles grasas, secas o mixta. También hay diversos tipos según su composición y los factores externos que influyen en ella.